La experiencia enseña lo primero: escuchar.
– Posteriormente, elaborar un proyecto que cumpla con los objetivos del cliente.
– Estudiar todos los aspectos del evento, y proponer alternativas y soluciones.
– Elaborar una “Hoja de ruta” que oriente al cliente, aportándole seguridad, confianza, tranquilidad.
– Salvaguardar la personalidad de cada evento, porque aunque muchos, parecen iguales, pero ninguno es, igual a otro.
– Los objetivos tienen que observarse como alcanzables, y eso se consigue con un proyecto pormenorizado y estructurado.
Para la elaboración de este plan integral, se estudian todos los elementos, pasos y fases, servicios necesarios y convenientes, exponiendo al cliente una visión global del evento. Como se desarrollará, ejecutará y finalizará.
Y cuales serían, las responsabilidades de nuestra empresa: